¡ Oh
Virgen María de
la "O"
Madre y
Patrona de
Huancasancos;
Tú eres,
nuestra
esperanza
Tú eres,
la fuente divina
de felicidad;
Tú eres,
"El corazón de
nuestras almas y
alma de nuestros
corazones"
No
quisiéramos,
apartarnos jamás
de TI
Para
seguir gozando
tu maternal
protección,
¡ Virgen
María de la "O",
soberana
nuestra,
Bendice
a tus hijos de
Huancasancos.
(*)Armando
Martínez M -
Semblanzas y
Narrativas de
Huancasancos.
Compendio 2005
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Según el Prof.
Armando Martínez, acerca del nombre de la
Virgen de la “O”, existen
varias versiones: Una es, que viene por la aclamación que se
repite en sus plegarias: ¡Oh
Madre!....¡Oh Virgen Maria!.... ¡Oh Madre Mía!... etc.;
Otra es,
por observar a la Virgen en Estado
de Embarazo, con el vientre abultado
en forma de “O” con síntomas de alumbramiento y, la ultima
proviene de una tradición española que dice: durante el siglo
VIII d.c la península ibérica estaba ocupada por los cristianos
y musulmanes en constantes rivalidades, en estos tiempos vivía
una mujer muy noble de mucho poder político y económico
protectora de los cristianos llamada MARIA DE LA “O”, por
sus virtudes, méritos y prestigio de
aquella providencial dama pusieron el nombre de una ciudad que
se erigía en esos tiempos, denominada ciudad “Maria de la O”.
Posteriormente al instituirse la
advocación de una Virgen,
resulta llamarse LA VIRGEN MARIA DE LA O ( como decir Virgen
del Rosario de Yauca, Virgen de
Guadalupe, Virgen de Chapi).
Por la trascendencia y magnificencia de la
de la Virgen Patrona de aquella
ciudad, también proclamaron como Patrona de España, años mas
tarde Patrona de Lima, actualmente excelsa Patrona de
Huancasancos y de otras ciudades que se celebra el 18 de
diciembre de cada año en el mundo católico. La principal imagen
existe en la iglesia San Pedro de Lima |

En la Iglesia de
San Pedro la capilla de la O perteneciente a la
congregación Mariana de Nuestra Señora de la Expectación del
Parto, conocida más como Nuestra Señora de la O, dicha así por
la "O" admirativa con que comienzan las antífonas latinas del
Magnificat los ocho días que preceden a la Natividad. |